sábado, 5 de febrero de 2011

Conversación en el restaurante "La Terraza del Casino"

Tercera entrega.
Conversación Nº 2 (segunda parte)
Febrero de 2011.


Aún tiritando de frío, estaba intentando limpiarme los churretones de mierda de pájaros que habían caído encima de mi chaqueta en nuestra breve pero intensa estancia en la Antártica, cuando Muchosnombres me preguntó con sorna:
- ¿Alguna prueba más, señor incrédulo?
- Si es por pedir y ya que me lo ofreces, pido algo sencillito: mucha salud, mucho dinero y mucho amor. Y que mi chaqueta vuelva a estar limpia.
     Inmediatamente Muchosnombres cambió el gesto de su rostro y, molesto,  expresó:
- ¡Ya empezamos a pedir favores personales! ¿Ves porqué no puedo tener amigos de verdad? Apenas se enteran quién soy, todos intentan sacar beneficio a costa mía. ¿También tú? - y me lanzó una mirada que me dejó como un flan.
- Tienes razón, perdona, no te pediré más favores personales. Pero ya que me ofreces otra prueba, haz aparecer aquí, junto a nosotros, un dinosaurio. Aunque en la película "Parque Jurásico" parecían reales, por razones obvias nunca he visto uno de verdad. ¿Sabes que dicen que, debido a que cayó un gran meteorito en la tierra, se extinguieron hace unos 65 millones de años?
- ¡Nene! ¿Cómo no lo voy a saber si lo vi todo? Pero vale hombre de poca fe, aunque no entiendo el interés que tienes en ver un bicho de éstos, te traeré hasta aquí un Tyrannosaurus Rex de 8 toneladas. Ojo, ten cuidado, que no es precisamente un perro chihuahua ¿Eh?
     Y de la nada apareció una bestia inmensa, bufando, tirando babas para todos lados; y azotando con su cola, que más que cola parecía el brazo de una máquina de demolición, el mobiliario y las paredes del restaurante. A los pocos segundos el edificio del Casino empezó a temblar tanto, que creí que todo iba a quedar reducido a escombros. La espantosa gritería de la gente antecedió a una huida en desbandada de, por lo menos, una docena de comensales y tres camareros.
- ¡Coño, Muchosnombres! ¡Hazlo desaparecer, por favor! - le supliqué yo.
Porque el cacho de bestia no sólo estaba furioso, sino que también parecía estar muerto de hambre. Tres segundos más y es posible que se hubiera zampado a un grupo de turistas japoneses que estaban al fondo de la estancia chillando como descosidos, porque antes que Muchosnombres lo hiciera esfumarse, el Tyrannosaurus Rex iba relamiéndose derechito hacia ellos.
Por fortuna, igual como apareció se fue y en el restaurante todo siguió como si nunca hubiera danzado esa bestia inmensa en ese hermoso salón. Sin embargo
por el rabillo del ojo pude percatarme que el camarero que nos atendía, aún tembloroso, se estaba meando en sus pantalones.
- ¿Está convencido ahora? 
- Tranquilo, no te molestes Muchosnombres, pero te voy a decir la verdad; convencido lo que se dice convencido no estoy. Sigo sin creer que eres quien dices ser porque soy agnóstico. Estoy seguro que David Copperfield u otro mago de los buenos también podrían hacer un truco parecido al que acabas de hacer tú. Si no es así puede que esté soñando.
- Bien, acepto y entiendo que no me creas, pero aunque tú seas agnóstico podemos ser amigos ¿Verdad?
- Hombre, claro. Y aunque tú no seas Dios también podemos ser amigos. Aunque bien pensado prefiero que no lo seas.
- Bueno, tampoco nos vamos a poner tan quisquillosos por quienes somos.
- De todas maneras te aclaro que el que no crea en ti no significa que no acepte que otros sí crean en Dios o como lo llamen. De hecho la mayoría de mis amigos son creyentes y pertenecen a diferentes religiones.
- Eso está bien, me refiero a tener amistades diversas. Pero es probable que esos amigos tuyos, que según tú profesan distintas religiones, crean en algo parecido a mí por interés. 
- ¿Interés de qué?
- Por ejemplo satisfacer su necesidad de creer que hay una vida después de la que ellos están viviendo. 
- Es probable. Pero a propósito de religiones en plural ¿Cuál es tu religión oficial?
-Ninguna. Yo no tengo nada que ver con las numerosas religiones que vosotros habéis inventado, ni tampoco con ninguna de las religiones que han inventado aquellos  que viven en otros lugares del universo.
     Cuando terminó de decir "...en otros lugares del universo" a mí casi se me cayó la peluca. Porque si era verdad que él era quien decía ser, significaba que no estamos solos en esta aventura. Según numerosos científicos y muchos periodistas, si consiguiéramos tener un contacto en tercera fase, sería una de las noticias más importantes que se podría publicar en la historia del mundo.
- ¿Qué has dicho? ¿Es que no estamos solos en el cosmos? - exclamé yo entusiasmado.
- Vaaaamos, tranquilízate, no es necesario gritar porque no estoy sordo.
- Pero dime ¿Hay "otros" más en otros lugares? ¿Sí o no?
- De eso hablaremos más adelante, en otra ocasión ¿Vale? Es que como especie os habéis pasado de imaginativos respecto a lo que llamáis religión, chaval. Por mí podéis creer en lo que queráis creer. Es un detalle que para mí no tiene importancia.
- Pero ¿Por qué desde hace miles de años existen religiones que adoran, algunas a un solo Dios, y otras a varios dioses? Dicen que cuando el río suena piedras lleva.
- Por lo mismo que te decía antes, porque es una necesidad humana. Algo así como la necesidad de comer, la necesidad de beber, o la necesidad de hacer sexo. ¡Uf! ¡Qué buena está la espaldita de cordero con cebollitas y setas al civet! - exclamó entusiasmado Muchosnombre. Y luego de lamerse sus labios continuó - Perdona, ahora completo mi idea. Entre vosotros los humanos, creer que existe algo superior forma parte de vuestras herencias genética y cultural.
- Puede que sea así, aunque lo que es yo no siento esa necesidad de creer en deidades.
- Ése será tu caso, pero hay otros muchos que necesitan creer. Digamos que creyendo se sienten más seguros. Y, justamente, debido a que tantos necesitan creer, también te digo que desde que el hombre es hombre ha habido mercaderes que, percatados de esta necesidad humana, la han fomentado más aún.
- Eso lo sabe casi todo el mundo. Estos peculiares empresarios se han dado cuenta que existe mucho público objetivo en este mercado y han desarrollado planes de marketing para vender intangibles relacionados con esta necesidad a millones y millones de clientes.
- Y también han creado, desarrollado y comercializados tangibles. No sabes la cantidad de objetos relacionados con las religiones que se fabrican y se venden cada día.
- Sí, me lo imagino: estampitas, medallas, figuras, libros, reliquias, velas, cirios... 
- Pero esas son fruslerías - me interrumpio Muchosnombres -  Yo me refiero a cosas más gordas. ¿Te acuerdas cuando en ese período que llamáis Edad Media, los managers de una determinada iglesia, y no la nombraremos para no hacerle publicidad, crearon y promocionaron bulas pontificias concediendo perdón por delitos horrendos a cambios de pasta gansa?
- Pero no es algo del pasado; actualmente lo siguen haciendo. Pero sí recuerdo un documento llamado "La Taxa Camarae" (*), en la que fijaron una lista de precios por las bulas. Leyéndolo se puede comprobar que, por grave que fuera la falta o el delito, a cambio de dinero y a través de una bula, todo podía ser perdonado al cliente que pagaba. Incluso matar y violar niños.
- Y mejor ni hablemos de la Inquisición que frió a decenas de inocentes. ¿Te das cuenta lo que ciertas personas son capaces de hacer por el poder, usándome a mí como subterfugio, proclamando urbi et orbi que lo hacen en mi nombre? 
- Perdona que insista, amigo, pero en caso de que realmente existas ¿Seguro que ninguno de ellos es tu, digamos, "concesionario oficial"?
- Yo no tengo ni necesito "concesionarios" ni concedo franquicias. ¿Para qué coño voy a necesitar yo concesionarios o representantes si ya te he dicho que soy todo todo y siempre siempre?  Yo no necesito ni  campañas de publicidad ni de relaciones públicas. 
- Pero a lo largo de la historia con algunos de los muchos que se han proclamado tus representantes habrás hablado a calzón quitado, como lo estás haciendo ahora conmigo. ¡Vamos, digo yo!
- Con muchos he hablado, pero como me está sucediendo contigo ahora, ninguno ha creído que hablaba realmente conmigo, porque para creer ellos necesitan verme en altares llenos de oro, en lugares especiales, vestidos de una manera peculiar que ellos mismos han inventado, y participando en rituales complicados.
- Digamos que les importa más la forma que el contenido.
- La puesta en escena, diría yo. Se imaginan que si aparezco tiene que ser entre nubes densas que se abren, acompañado de dos millones de esos seres que llamáis ángeles tocando trompetas junto a mí, con un montón de personas a mi diestra y otro montón a mi siniestra y que, cuando las trompetas cesan sus sonidos, mi voz retumba como un  trueno.
- ¿Sabes que cuando tenía unos cinco años tuve un sueño como la escena que acabas de describir? Recuerdo que en mi sueño sucedió algo parecido y al aparecer tú todos nos caímos al suelo. Entonces desperté, pero fue todo tan real y me impactó tanto que nunca he olvidado ese sueño.
- Seguro que lo soñaste porque oíste muchas historias parecidas a tu sueño. A los cinco años los humanos sois muy influenciables.
- Muchosnombres, y estos que dicen ser tus representantes, cuando dialogan contigo ¿qué te preguntan? 
- Sobre todo por lo que ellos denominan la vida eterna. Están obsesionados por vivir eternamente. Es lejos lo que más les interesa. Pero como es algo que aunque se los explicara no lo entenderían, siempre me callo. ¡No saben el disgusto que se van a llevar!
- ¿Por qué dices que se van a llevar un disgusto? ¿Significa eso que no hay nada una vez que uno deja de vivir? ¿No hay otro mundo, otra dimensión, un cielo, un lugar especial, en fin "algo"?
- ¡Ah...tatatán! Dejémoslo en suspenso ¿Vale mon ami? ¿Te has dado cuenta que para que me entiendas mejor te estoy hablando como hablas tú, a veces en pasado, a veces en presente y a veces en futuro?
     Y como ya estábamos en los postres, de inmediato cambio de tema y empezó a hablar de lo excelente que había estado la comida. La verdad es que todo resulto ser delicioso y con una presentación muy original. Para mí la Crema Catalana fue lo mejor.
- ¿Quedamos para otro día? - me preguntó Muchosnombres mientras bebía un "chupito" de guindas.
- Sí, claro que me gustaría quedar para otro día, porque reconozco que eres una de las personas más interesantes que he conocido.
- A ver a ver - dijo bajito Muchosnombres mientras consultaba su agenda electrónica - ¿Te parece bien el jueves de la próxima semana, digamos a las siete de la tarde en el café Gijón? 
     Para darme importancia yo me hice el que pensaba un rato y le contesté sólo después de un silencio prudente.
- Sí, me va bien. Precisamente el jueves tengo un par de horas libres por la tarde. Además me gusta la idea porque a dicen que a ese café va mucha gente famosa. Un amigo me contó que una vez que fue, entre la multitud, vio a un tertuliano de Canal 5. Me confesó que cuando reconoció su rostro había sentido una emoción indescriptible.
- Amigo - dijo Muchosnombres sonriendo en forma socarrona - creo que con lo que vas a ver el jueves vas a flipar más.- 


(*) Ver la dirección:
 http://www.pepe-rodriguez.com/Mentiras_Iglesia/Taxa/Taxa_Mentiras_Iglesia_taxacamarae.htm