martes, 8 de marzo de 2011

Desayuno en la Plaza Mayor de Madrid

Tercera parte.
Entrega Nº 7.




     Al parecer el camarero que nos atendía debe haber notado que algo extraño había ocurrido en nuestra mesa. Durante las veces que vino a atendernos, más las que pasó cerca de nosotros, vio que éramos dos y, repentinamente,  descubrió que casi por arte de magia había aparecido uno más que él no tenía controlado. Medio descolocado, durante unos segundos se quedó mirando al señor Destino con la boca abierta, como si hubiera visto una aparición, que para él sí lo era.

- Por favor tráigale al señor lo mismo que a nosotros - le ordenó Muchosnombres. Y aunque el hombre algo quiso replicar, al final no dijo ni mu, anotó el pedido, se dio media vuelta y partió raudo hacia la zona de la barra del restaurante donde le entregaban los pedidos que luego servía.

     A los pocos minutos llegó con el bocadillo de calamares para el señor Destino y con una copa de cristal para que bebiera de nuestra botella de Rioja. El pan venía humeante y despedía un aroma que parecía gloria bendita. El señor Destino, que estaba hambriento, de inmediato  le hincó el diente y exclamó: "¡Mmmmm...bocata di cardinale!", queriendo acentuar que estaba exquisito.

     Mientras el señor Destino masticaba el pan con rodajas de calamares fritas en aceite de oliva, el camarero se quedó de pie junto a nosotros, con un gran signo de interrogación en su rostro. Finalmente rompió ese momento glorioso que se produce cuando uno está concentrado saboreando algo delicioso, y le consultó al señor Destino inocentemente:
- ¿Sabe que usted me parece cara conocida?
- ¿Cara conocida? ¿La mía? - le preguntó el señor Destino mientras trituraba el manjar que tenía en su boca.
- Perdone usted, pero creo que lo conozco de algo pero no me acuerdo de qué -
le dijo en forma cándida. Luego entrecerró los ojos. Probablemente intentaba rebobinar algunos recuerdos para conseguir que ese rostro calzara en el puzle que debe haber tenido a medio armar en su cabeza. 
     Muchosnombres acudió en su ayuda para sacarlo de su ensimismamiento, diciéndole en forma gentil:
- A veces también me pasa a mí que una cara me parece conocida y me cuesta acordarme de qué. ¡Ya se acordará, jefe, ya se acordará!.
- Tiene usted razón señor. Espero acordarme antes que se vayan.
     Y el hombre se alejó lentito, repitiendo en voz baja: "¿De qué lo conozco...de qué lo conozco? – Y terminó con un estentóreo - ¿De qué lo conozco, coño?"

     A esas alturas de la mañana la plaza se había llenado de una multitud de gente de toda condición. El murmullo era tan alto que a mí me daba la sensación de tener la cabeza dentro de una colmena de abejas. Pero incluso así alcanzaba a oír los boleros que interpretaba el cantante latino que, acompañado de varios músicos, deleitaba a la concurrencia junto a la estatua de Felipe III.

Mientras el sol acariciaba la piel de mi rostro, pensé que esa situación tan placentera no se repetiría tan fácilmente. Cerré los ojos y comencé a oír la canción "Mar y Cielo", uno de mis boleros favoritos. Pero Muchosnombres interrumpió la sensación de placer que estaba experimentando:
- Valentino ¿Te animas con otro bocata?
- No - le contesté - perdona que haya cerrado los ojos, pero ese bolero me gusta mucho, me transporta a un pasado en que fui muy feliz.
- Si te gusta tanto ¿Por qué te has puesto triste? 
- Porque todo aquello ya no existe.
- Por lo menos existe la canción.
- Sí. Y me trae unos recuerdos que sólo son eso... ¡recuerdos!
- ¡Qué emotivos sois los humanos! - expresó el señor Destino. 
- No sé si lo dices con sorna, pero por lo menos yo sí lo soy. Además esa canción esconde algo que creo que me pertenece, pero no sé lo que es ni tampoco tengo la clave para saber en qué rincón de mi subconsciente está.

     Entonces se produjo un breve silencio que yo aproveché para cambiar de tema, preguntándole al señor Destino:
- ¿Cómo realizas tu trabajo?
- ¡Uf! de muchas maneras; no siempre utilizo la misma técnica.
- Pero a efectos prácticos ¿Cómo la aplicas?
- ¿Quieres que te haga una demostración? Mira - me dijo - observa lo que voy hacer que ocurra ahora.
     Y mientras esto sucedía Muchosnombres se arrellanó en su silla y disimuladamente sonrió en forma socarrona.
- ¿Que va a suceder?
- Ya lo verás.
     Y en el mismo instante en que terminó de decir "Ya lo verás", en una mesa contigua, donde había una pareja de turistas de la tercera edad, sonó el teléfono móvil de la mujer, la que al instante comenzó a chillar.
- ¿Quién?...¿Cómo fue?...¿Seguro?...¡No Dios mío, a ella no! ¡A ella no! Si estaba bien cuando salimos de Buenos Aires.
- ¿Qué sucede, nena, qué sucede? - exclamó con voz temblorosa quien, probablemente, era su marido.

Continuará.

10 comentarios:

  1. Que pasará en el próximo capitulo? con el señor Destino.

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  2. Javier:
    El señor Destino no tiene problemas.
    Ha vivido siempre y vivirá siempre.
    Además no tiene necesidades.
    Los que tenemos problemas y necesidades acuciantes somos nosotros, que somos de vida de "tiro corto".
    De todos modos creo que dentro de poco este señor se irá a las "Fallas" de Valencia.

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  3. El hombre es arquitecto de su propio destino. Este señor somos nosotros mismos . Lo que hacemos o pensamos se hace realidad SIEMPRE que creamos, de corazòn, que se va a realizar.
    En la historia abundan los personajes que nos han demostrado el Triunfo de la Voluntad.
    Seamos asì, aùn es tiempo, mejor dicho, HOY es el tiempo.
    Un abrazo

    Paco

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  4. Paco Anónimo:
    Tienes toda la razón.
    Sin voluntad es muy difícil conseguir lo que nos proponemos.
    La inteligencia y la tenacidad del hombre son algunos de los principales factores que nos han hecho conseguir domar la naturaleza.

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  5. En eso no estoy de acuerdo contigo Aquiles . No somos los " reyes" como para dominar el planeta. Ve , si no me crees como estamos de contaminaciòn y otras yerbas.Con ese criterio llegaron los tìos con la civilizaciòn a este continente, bastante mas adelantado que Europa.Ademàs, nos han contado el cuento con ese criterio judeo cristiano de la superioridad del hombre. Algunos valen mucho menos que una cucaracha.
    Si es cieo " domar " la naturaleza, no al hecho rto que los que han aprovechado lo que tienen ajo el somrero han hecho grandes cosas. Creo que a eso te refieres.
    El planeta puede vivir sin nosotros, Nosotros no viviremos sin el planeta.
    Un abrazo
    Paco

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  6. Disculpa la ortografìa. Quise decir que hay HOMBRES que nos han legado grandes cosas.Ellos si tienen algo mas bajo el sombrero. Pienso que a eso te refieres con " domar la naturaleza"
    otro abrazo
    Paco

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  7. Anónimo Paco:
    Aunque has escrito unas pocas líneas el contenido de lo que has escrito es profundo e importante.
    Te voy a contestar en forma ordenada para que se entienda mejor:
    1- No somos los reyes como para dominar el planeta.
    Respuesta:
    Es verdad que no somos los “reyes” de este planeta. Cuando usamos ese término, lo hacemos como una hipérbole para hacernos entender mejor.
    Por otra parte no hemos transformado más el planeta, entre otras razones porque como especie tenemos muy poca vida en el planeta tierra. Nuestros primeros antepasados aparecieron hace un poco más de 3 millones años. (¡Esto es prácticamente nada!). Y los Homo Sapiens, especie a la que pertenecemos, comenzamos nuestra andadura hace apenas 150.000 años. Y aunque 150.000 años es un espacio muy corto de tiempo, hemos sido la única especie que ha transformado de verdad en parte el planeta.
    2- No hemos conseguido “domar la naturaleza.
    Respuesta:
    Cuando digo “domar”, me refiero a que hemos sido capaces de crear una “sobrenaturaleza”. A conseguir llevar frío allá donde hace calor, y calor adonde hace frío. A producir varias cosechas de frutas y cereales en un año. A crear vacunas capaces de prevenir enfermedades. A construir maquinas que permiten ver, incluso, en el interior de nuestro cerebro. A fabricar aparatos que permiten oír a los sordos…en fin, ya sabes a qué me refiero y es una látiuma no tener más espacio para hablar más de este tema.
    3- Estamos contaminados.
    Respuesta:
    Supongo a que te refieres a que hemos contaminado el planeta.
    Sí, es verdad. No lo hemos hecho del todo bien. La llamada ¡”huella ecológica” de cada uno de nosotros es muy profunda. Soluciones hay muchas, pero creo que las más importantes son educar mejor a nuestros hijos y crear leyes muy estrictas para evitar este mal.
    4- El cuento judeocristiano de la superioridad del hombre.
    También creo que es un cuento.
    Estoy consciente que la religión sólo a veces ayuda a vivir mejor, pero en otras muchas ayuda a vivir peor, incluso esclaviza en vez de liberar.
    Sólo basta recordar aquella frase de Galileo Galilei: “Y sin embargo se mueve”.
    5- Este planeta puede vivir sin nosotros; nosotros no viviríamos sin el planeta. Respuesta.
    También estoy de acuerdo contigo.
    Pero como estamos aquí y no podemos suicidarnos en masa para liberar al planeta de nosotros, te voy a recordar una frase de un pensador argentino llamado Mario Bunge con la que estoy plenamente de acuerdo: “Un Mundo le es dado al hombre; su grandeza no consiste en negarlo o aceptarlo tácitamente; su gloria es crear nuevos universos”.
    Ésto es lo que deberíamos hacer. Crear un mundo mejor, más justo, más limpio, más solidario y más humano.

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  8. La prolongada degeneración vital y las momentáneas perdidas de memoria son muy humanas. Algunos piensan que la vida es un viaje, a veces cómodo y otras ...

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  9. Lo que está claro es que, por ahora, es un viaje sólo de ida.
    Sería hermoso que también fuera de vuelta ¿Verdad?
    Y, la mayoría de las veces, de nosotros depende que sea más o menos cómodo.

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  10. Una sola corrección a Aquiles, debemos crear un mundo mejor, más justo, más limpio, más solidario, MENOS humano. La presunción roussoniana que el hombre por naturaleza busca la bondad, lo justo y lo bueno creo que ya tenemos que superarla. Tenemos tendencias destructivas y egoístas, no por malos sino por necesidad, como el resto de los animales del mundo!
    Desde un delivery en palermo hasta la NASA, los ejércitos, las fábricas, todos se mueven a fin de satisfacer sus necesidades individuales sin considerar las externalidades dañinas para el medio ambiente y las demás personas que con ello generan.
    Erradicar lo salvaje de nuestras vidas es el paso necesario pero casi imposible al que debemos comprometernos y obligar a nuestros gobiernos que nos obliguen.
    Saludos

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