viernes, 8 de marzo de 2019

Valentino y Violante se miraron el alma



"Vitral", fotografía realizada por Aquiles Torres.

Entrada 53

Apenas Valentino se percató que nuevamente estaba en su piso de Madrid de regreso a la visita y entrevista que le había hecho a la artista mexicana Frida Kahlo en su Casa Azul, en Coyoacán, invitado por Muchosnombres, tomó el teléfono móvil que estaba encima de su mesita de trabajo y miró la pantalla iluminada. Sorprendido, descubrió que los últimos whatsapps contenían un entretenido diálogo que había mantenido con Violante apenas unos segundos antes, lo que demostraba que, para él, durante su viaje a ver a Frida, no había transcurrido el tiempo.

Se quedó pensativo. Después de cavilar durante unos minutos acerca de la relatividad de la realidad, se acomodó junto a su escritorio. Sacó su computador de modo "reposo" y, de inmediato, comenzó a escribir el boceto de la entrevista basada en la vivencia extraordinaria que Muchosnombres le había permitido experimentar con la célebre pintora mexicana. No se detuvo hasta finiquitarla.

Cuando terminó abrió su correo electrónico y le envío un mensaje a Violante. Aunque, en realidad, el tiempo no había transcurrido mientras estuvo en México, estos "viajes" secretos a él le parecían que duraban semanas y que, mientras estaba "afuera", en "su mundo" habían continuado sucediendo acontecimientos, la mayoría comunes y corrientes, pero también unos pocos  extraordinarios. Tanto es así, que siempre "volvía" con deseos de charlar con sus seres más queridos y con algunos amigos, especialmente con Violante. Se preguntó "dónde estaría". Y le escribió.

Violante, sorprendida, le contestó casi de inmediato.
- ¿Cómo que dónde estoy? Sigo en la Fundación tal como te lo dije esta tarde por teléfono.
- Quiero verte.
- Yo también - le contestó Violante.
- Quiero abrazarte.
- Yo también.
- Quiero acariciarte.
- Yo también.
- Quiero besarte.
- Yo también.
- Quiero que hagamos el amor.
- Yo también; ahora salgo hacia tu casa.

Mientras esperaba, Valentino preparó dos Martinis y cortó daditos del queso curado de cabra, con aroma a boletus, que a ambos les fascinaba.

Cuando Violante arribó al departamento de Valentino, se encontró con el salón iluminado con luz tenue, tres varitas de sándalo encendidas, de las que nacían unos hilillos de humo aromatizado que invadían el ambiente de un perfume dulzón. Sobre la mesa, cubierta con un mantel blanco, había dispuesto un candelabro con velas azules en homenaje a la casa de Frida. También había galletitas saladas. Y en una palangana de plata que ella le había regalado, había fuagrás. Y, destacando sobre lo demás, dos cócteles servidos en copas cuyo cristal permitía transparentar el maravilloso color ámbar del vermú y las aceitunas de color verde que suelen ir de acompañante por el sabor especial que le aportan a este tipo de vino blanco macerado en hierbas.

Tras contarle que había terminado de escribir la primera prueba de la entrevista a Frida Kahlo, le pidió que se sentara frente a la pantalla del computador y que la leyera delante de él.

- ¿Ahora? ¿Tiene que ser ahora?
- Sí, necesito que la leas ahora y que me des tu opinión.


La muchacha comenzó a deshilvanar voces, verbos, vocablos, frases, preguntas y respuestas, descripciones y hechos, y no paró hasta terminar de leer la última palabra. Se devoró el texto. Y algunas frases las repitió en voz alta con lágrimas en sus ojos.

- Es magnífica ¿de dónde sacas tanta imaginación? Contiene magia. Es como si estuviera viendo a Frida, aquí, a mi lado. Hasta he sentido su aroma. Sé que tienes mucho talento, pero en estas últimos trabajos que has hecho, hay otros ingredientes que, aunque no sé cuáles son, transforman tus entrevistas periodísticas en algo parecido a obras de arte. Parecen vivas, llenas de latidos profundos que hacen que el lector quede en estado hipnótico, tanto, que yo he llegado a sentir que formaba parte de la vida de Frida. Has conseguido que haya estado con ella en su Casa Azul, repleta de pequeños recovecos y de primorosos objetos, acariciados por sus manos maravillosas, llenas de misterio.

El periodista la oía en silencio. No quería zalamerías. Sólo buscaba su aprobación, acompañada de una crítica franca, objetiva y sin engaños.

- Me alegro que te guste; la terminaré de pulir.
- Yo la dejaría tal cual.

- Gracias por tu opinión; vale, si te parece bien, la dejaré como está.
- Y ahora ¿podemos brindar por tu trabajo bien hecho?
- Prefiero brindar por ti, por la suerte de tenerte cerca.
- ¡Tonto!
- Es verdad, Violante, soy un hombre con eso que muchos llaman "suerte", entre otras cosas por tenerte en mi vida.

- También yo soy afortunada de tenerte a ti.

Alzaron las copas y brindaron.
- Por ti.
- Por nosotros - contestó Valentino.
- ¿Sabes, Valentino? No te lo había comentado nunca: cuando estoy contigo el resto de mi realidad se transforma en accesoria. Recuerdo que cuando te conocí experimenté algo extraño. Sentí que me estaba sucediendo algo importante que me cambiaría la vida. Y así ha sido.
- Mejor di: "que nos cambiaría la vida".
- Sí, que nos cambiaría la vida. Son esas pequeñas coincidencias que ocurren a veces, en un par de segundos de tiempo y en un par de metros de espacio, en las que somos conscientes que la vida nos llevará por un camino distinto por el que habíamos transitado hasta ese momento.
- ¿Quieres decir como encontrarse con derroteros desconocidos e inesperados que permiten vislumbrar otras realidades?

- Sí, algo así he querido significarte.
- Yo más bien creo que debe ser el señor Destino quien a veces mete las narices donde no debe meterlas.
- ¿El señor qué?
- El señor Destino, Violante, el señor Destino. Eso dicen algunos.
- Valentino, ¿cómo un hombre racional como tú puede creer en esas supersticiones?

Y Valentino prefirió callar. Llegó a pensar que el señor Destino estaba allí, en la habitación, observando todo cagado de la risa. Quizás por este pequeño gran detalle sólo le contestó con una sonrisa pícara, que parecía significar que él ya venía de vuelta de casi todo. Por esta misma razón jamás se había atrevido hablarle de Muchosnombres. A continuación se acercaron, se miraron y comenzaron a besarse suavemente con los ojos abiertos, mirándose el alma.

domingo, 27 de mayo de 2018

Adiós, Frida, adiós.

Entrada 52

Valentino, de pie, no dejaba de mirar a esa mujer extraordinaria, de un metro y sesenta centímetro de estatura y que, durante su existencia, sufrió más de 30 operaciones importantes. Incluso, en un momento de su vida, en 1953, debido a una gangrena, tuvieron que amputarle una de sus piernas. El periodista sabía, entre otras muchas cosas cosas, que Frida había vivido 47 años. Estaba informado que había nacido en 1907 y, también, que fallecería en 1954, en su casa de Coyoacán, supuestamente debido a una embolia pulmonar. Pero todo eso Valentino no se lo podía revelar. No podía contarle ni prevenirla de acontecimientos que le sucederían a la pintora a lo largo de su vida. Era una petición que Muchosnombres le había exigido cada vez que emprendían un viaje en el tiempo, y que el periodista había cumplido a rajatabla. Pero, extrañamente, en esta ocasión, Valentino presentía que Frida podía leerle o, probablemente, visionar su propio futuro y, acaso, hasta sabía que viviría menos de cincuenta años, razón por la que, a pesar de sus limitaciones, intentaba acelerar la velocidad de sus quehaceres.

Esta circunstancia llevó a Valentino a pensar: "¡Qué lástima que una mujer con tanto talento como ella haya vivido tan pocos años!".  Para consolarse, remató su divagación razonando que la mayoría de los seres humanos que nacieron hasta el siglo diecinueve habían vivido menos de 47 años.

A Frida le tocó vivir en el siglo veinte, una centuria convulsa, en el que habían sucedido hechos extraordinarios. En 1903, una mujer conocida por madame Curie, recibió el Premio Nobel de Física junto a su marido y al físico francés Becquerel. Ocho años más tarde, en 1911, madame Curie obtuvo un segundo Premio Nobel, esta vez el de química, por el descubrimiento del Polonio y el Radio. Además, junto con su marido, inventó el primer aparato de radiografías. También estallaron dos guerras mundiales que, aparte de los millones de heridos, causaron la muerte de casi cien millones de seres humanos. En 1928 Alexander Fleming descubrió la penicilina. La ciudad de París albergó movimientos pictóricos como el cubismo, que hicieron que la llamada "Ciudad Luz" se transformara en el centro artístico del mundo. En los años treinta inventaron las primeras computadoras de la historia, precursoras de lo que más tarde serían artefactos analógicos y digitales, concebidos para crear, almacenar y transmitir contenidos. En la década de los cuarenta el hombre creó la bomba atómica, y los días 6 y 9 de agosto de 1945 lanzaron los primeros dispositivos nucleares sobre las poblaciones de Hiroshima y Nagasaki. El 24 de octubre de 1945, representantes de 50 países fundaron las Naciones Unidas. En 1956, Fidel Castro y 81 hombres más desembarcaron en cuba y comenzaron una guerrilla que, años más tarde, cambiaría la historia de Cuba e influiría en gran parte de América Latina. En Alemania irguieron el llamado "Muro de Berlín". En octubre de 1957 los soviéticos lanzaron al espacio el Sputnik, el primer satélite artificial. En 1960 se realizó la primera conexión entre computadoras, que luego daría origen a Internet, una red de redes, mediante la cual miles de millones de seres humanos en la actualidad pueden comunicarse entre sí al instante. En mayo y junio de 1968 tuvo lugar una larga concatenación de protestas que se denominaron "el mayo francés". El 21 de julio de 1969 los astronautas Armstrong y Aldrin fueron los primeros hombres en caminar sobre la superficie lunar. En noviembre de 1989 comienzan a derribar el Muro de Berlín. En Europa, en noviembre de 1993, Alemania, Francia, Bélgica, Holanda, Luxemburgo e Italia, crearon la  Unión Europea. En la década de los ochenta los biólogos comenzaron a trabajar en la decodificación del genoma humano, que fue conseguida en abril de 2003. Y, con muchos otros hecho importantes, se cerró el siglo.

Los años vividos por Frida fueron apenas 47, la mayoría de los cuales los vivió con mucho dolor, sufriendo y sorteando muchos contratiempos y desdichas. Tenía sólo seis años cuando una poliomelitis que la tuvo al borde de la muerte le dejó importantes daños físicos que la tuvieron maltraer; entre otros estragos le dejó una pierna defectuosa. Tras varias operaciones y gracias a las técnicas y aparatos ortopédicos propios de esa época, superó parte de sus minusvalías y logró salir adelante.

Pero si la poliomelitis fue un golpe desgarrador, un día aciago de 1925, cuando estaba en lo que algunos llaman "la flor de la edad", el malvado señor Destino la esperó agazapado en una calle de la ciudad de México, y el autobús en que viajaba colisionó contra un tranvía. Ese terrible accidente la dejó en coma y le produjo múltiples lesiones secundarias, como las fracturas de la columna vertebral, de la pelvis, de varias costillas y de la clavícula. Y le dejó la pierna y el pie derecho hechos puré. Estuvo meses internada, tiempo durante el cual le practicaron numerosas operaciones. Ese desastre la mantuvo semiparalizada durante mucho tiempo y, las secuelas, las sufrió hasta el final de sus días. Pero también por esta razón, para poder superar el aburrimiento que le causaba estar prisionera en su propio cuerpo lacerado, cubierta de corsés de, fue que empezó a pintar.  

Fue en 1926 cuando realizó su primer cuadro: un autorretrato que dedicó a su novio Alejandro Gómez Arias quien, además la acompañaba en el grave accidente. Desde entonces pintó alrededor de 200 obras, y en cada uno de sus cuadros volcó todos sus sentimientos, sus ilusiones y sus sueños.

Inesperadamente Muchosnombres interrumpió el silencio de Valentino. telepáticamente le informó que se trasladarían a comienzos de julio de 1954, a pocos días de la muerte de la singular artista.
- De este modo Frida podrá contarte algunas de las cosas que ha hecho en su vida y que pueden ser interesantes para tus lectores.

Fue en estas circunstancias que ella abrió su corazón al periodista y le narró detalles realmente interesantes para el tipo de lectores del medio para el que Valentino hacía estas entrevistas de personajes que ya no existían.

En la entrevista que mantuvo Valentino con Frida, que más que una entrevista fue un diálogo, ésta le habló de su madre, llamada Matilde Calderón, y de su padre Guillermo Kahlo, inmigrante alemán; y de sus hermanas Cristina y María Luisa.    

También recordó algunos de sus amores importantes, y hasta algunos de sus amoríos. Aunque Frida tuvo muchos amores, los más significativos fueron León Trotsky; el médico Diego Eloesser; el fotógrafo Nickolas Murray; el pintor catalán Josep Bartolí, a quien Frida llamaba "Sonja" para despistar a Rivera; el escultor Isamu Noguchi; el coleccionista de arte judío alemán Heinz Berggruen; y hasta la fotógrafa Tina Modotti.

A pesar de ser como era en cuestiones del corazón, su gran amor fue el muralista Diego Rivera. Quizás por eso se casó dos veces con él. La primera vez fue en 1929, cuando apenas tenía 22 años, pero tras descubrir Frida la relación de Diego con su hermana Cristina, en noviembre de 1939 se divorciaron. Sin embargo, un año después, se casaron por segunda vez. Es posible que la toxicidad de esta relación los hiciera felices. Fuera o no así, lo cierto es que Rivera fue un hombre que marcó su vida y con quien vivió una relación de dulce y agraz, que ahora podríamos denominar "abierta". Probablemente al muralista le sucediera otro tanto. Cuando la pintora murió, al parecer Diego se dio cuenta de lo mucho que había perdido, y que su amor con Frida había sido lo más importante que le había sucedido en su existencia.

Una tarde, mientras charlaban, Frida le pidió a Valentino que le mostrara las palmas de sus manos. A regañadientes el periodista se las acercó. La artista las acarició y las observó atentamente. Deslizó sus ojos y sus dedos por los surcos y por las colinas de esas manos grandes y algo toscas; especialmente por las líneas de la cabeza, de la vida, y del corazón. Finalmente con su dedo índice llegó hasta el Monte de Venus y lo acarició. Al hacerlo, Frida lo miró profundamente a los ojos y le sonrió como se hace con un cómplice con el que se comparten secretos. Quizás pensó, que en otras circunstancias, el periodista podría haber sido un buen amante.

Fue entonces cuando Valentino comprendió que la visita llegaba a su fin. Repentinamente, Frida, su habitación, todo, hasta las propias manos de Valentino comenzaron a disolverse y, en un abrir y cerrar de ojos, el periodista apareció en el salón de su casa de Madrid. Se acercó a un espejo y vio cómo, de la nada, su propia figura comenzaba a aparecer en el cristal plateado.

Pocos días después del encuentro con Muchosnombres y Valentino, el 13 de julio de 1954 , en Coyoacán, el señor Destino le ponía la zancadilla final a la vida de la extraordinaria Frida. Tenía 47 años cuando expiró. Sus restos fueron incinerados y permanecen en su "Casa Azul".